Hipoteca
Una hipoteca es un contrato mediante el cual un deudor deja como garantía un bien (generalmente un inmueble) a quien le hace un préstamo (acreedor).
Características de una hipoteca
Usualmente las hipotecas se aplican sobre bienes inmuebles como casas o terrenos, no obstante también es posible generar una hipoteca sobre bienes muebles como vehículos u obras de arte.
Una de las características más relevantes de la hipoteca es que el bien que se ha dejado como garantía permanece en poder del deudor.
En caso de que el deudor no cumpla con los pagos de su deuda, la hipoteca establece que el acreedor tendrá el derecho a solicitar la venta del bien dejado como garantía a través de una subasta pública (no la venta directa).
Componentes básicos de un contrato de hipoteca
- Por una parte está el capital, que es el monto total de recursos que se prestan al deudor. El capital prestado usualmente es menor al valor del bien dejado como garantía en la hipoteca.
- Luego está la tasa de interés, que implica un cobro de un porcentaje (fijo o variable) sobre la deuda a beneficio de quien otorga el préstamo.
- El tercer elemento es el plazo, que señala el tiempo en el que se espera que se devuelva el dinero prestado.
¿Qué tipo de hipotecas existen?
Dependiendo del tipo de interés las hipotecas pueden ser:
- Fija: si el interés no varía durante toda la vida del préstamo.
- Variable: si el interés varía en algún momento. en la mayoría de los préstamos a interés variable se establece un plazo inicial (el primer año o los primeros seis meses) en que el interés es fijo. Tenemos que tener en cuenta que, casi siempre, ese interés del primer año es mayor que el que resultaría de aplicar el interés variable que se va a aplicar después, de modo que las primeras cuotas -del periodo de interés fijo- serían superiores a las posteriores
- Mixta: cuando el tipo de interés se mantiene fijo durante un período inicial superior a 1 año y después es variable
¿Cuáles son los requisitos para pedir una hipoteca?
Los principales requisitos que se piden a la hora de conceder un préstamo hipotecario tienen que ver con la solvencia económica del cliente, aunque no son los únicos.
- Tener ingresos fijos. La estabilidad económica es clave para cualquier concesión de una hipoteca. Nuestro banco nos pedirá nóminas y nuestra vida laboral a fin de conocer mejor nuestro flujo de ingresos.
- Aportar inicialmente al menos el 20 % del precio de tasación la vivienda. Es lo que se conoce por “entrada” y es un requisito que los bancos piden a sus clientes. Por ello, es muy interesante conocer el valor de tasación aproximado del bien, ya que suele ser un “dato de corte”. Conforme al Real Decreto 716/2009, sobre regulación del mercado hipotecario, se establece un límite máximo de financiación permitido para préstamos y créditos, lo que normalmente conlleva a que una entidad financiera no concede préstamos hipotecarios por encima del 80 % del valor de tasación.