Metros construidos
A la hora de comprar una vivienda es normal que nos interesemos por saber cuántos metros cuadrados mide en total. Se trata de uno de los factores más importantes que influyen en la decisión de compra. No existe un “tamaño ideal” para una casa, pues depende en gran medida de las preferencias del comprador, del número de personas que van a vivir en ella y de la distribución de la propia vivienda. Pero sí es cierto que la mayoría de las personas parten de una cifra mínima de metros construidos como requisito antes de mudarse.
¿Qué diferencia hay entre metros construidos y metros útiles?
Muchas veces cometemos errores al hacer los cálculos. Uno de los más frecuentes es confundir los metros construidos con los metros útiles. Los metros construidos contabilizan el espacio que se encuentre dentro del perímetro de la vivienda, incluyendo los tabiques, los pilares y falseados. Si las paredes son compartidas con algún vecino, el perímetro de mide desde la mitad del muro y además suelen contabilizarse los tabiques, galerías y conductos de ventilación. En cambio, los metros útiles contabilizan solamente el espacio del interior del inmueble, incluyendo los armarios.
¿Los elementos comunes y exteriores se contabilizan dentro de los metros construidos?
Si se especifica en concepto de metros construidos con comunes, los elementos comunes quedan incluidos, pero no si solamente se establece el concepto de metros construidos. Los metros construidos con comunes es la superficie que se refleja si realizamos una consulta en el catastro. Por esta razón, es habitual que en edificios y urbanizaciones la superficie útil o incluso la construida simple difiera mucho de este dato. Y es que en este concepto se incluyen los pasillos y zonas comunes de manera proporcional por vivienda. Las terrazas y balcones cubiertos computan a la mitad, pero si la terraza está cerrada por tres de sus cuatro paredes, computo al completo.
¿Y los garajes y trasteros?
Los metros cuadrados de los garajes y trasteros no deben incluirse dentro de los metros construidos de la vivienda. Y es que, del mismo modo que ocurre con las terrazas, las dimensiones de estos espacios, que no son habitables, pueden terminar inflando de manera artificial la cantidad de metros de la propiedad.