Las casas futuristas ya no son propias de las películas y novelas de ciencia ficción. Lo cierto es que avances como el internet de las cosas donde todo –absolutamente todo– como una simple nevera están conectados han posibilitado que las casas futuristas cada día estén más cerca.
Así, se estima que para el año 2020, 50 mil millones de dispositivos estarán conectados. Estamos hablando de una realidad que se consumará dentro de menos de cuatro años e incluso antes.
El objeto de estas casas del futuro es mejorar la vida y el confort de quienes las habitan:
En este sentido, ya existen en el mercado bombillas, interruptores, persianas, cerraduras, cafeteras y otros tantos dispositivos que podemos controlar de forma remota desde una aplicación instalada en el móvil.
Uno de los puntos donde confluyen los mayores avances en tecnología para el hogar –o domótica– es la cocina. Ésta se convierte en el principal espacio donde las casas futuristas deben ofrecer un gran número de servicios a los inquilinos.
¿Te imaginas poder programar el lavavajillas desde el coche?
Aunque, por supuesto, todo lo explicado se refiere al interior de las viviendas, pues el diseño de éstas es otro cantar. De esta manera, los diseños más vanguardistas empiezan a brotar por el callejero de las ciudades, pero sin duda encontramos los más innovadores planteamientos en las ciudades de Berlín o Nueva York.
Sin embargo, todavía no está claro hacia dónde se encaminará la casa del futuro:
En este sentido, Luis Vidal, un prestigioso arquitecto español ha hecho una apuesta por los metros cúbicos.
Una original propuesta que, sin duda, desconcierta por lo osado de su planteamiento. En su opinión, las casas ‘alterarán y modificarán sus estancias durante día para ampliar las posibilidades de sus habitantes gracias a paredes y suelos móviles’.
No obstante, la meta de este experto no son los años venideros, ni siquiera la próxima década. Él piensa en el 2050, un año donde la presión sobre las ciudades será enorme dado el crecimiento de la población a nivel mundial.
Vidal tiene previsto construir el primer prototipo de esta particular vivienda a las afueras de Tokio. Dispondrá de 120 metros cuadrados de superficie y 360 metros cúbicos.
De esta manera, si una estancia está en desuso durante determinadas horas del día, ésta reducirá sus dimensiones que acabarán beneficiando a otra pieza de la casa en la que estemos ocupados.
Una manera original de vivir con metros de quita y pon. Por supuesto, esto es solo una propuesta de las muchas que ahora mismo se están ideando.
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