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Las casitas de madera para niños están ganando terreno en los jardines y terrazas. No en vano, suponen un lugar privilegiado donde los más pequeños pueden dejar echar volar la imaginación y que, por supuesto, garantiza muchísimas horas de juego y aventuras imaginarias.
Lo cierto es que las casitas de madera para niños se están imponiendo a las populares casas de plástico, pues las primeras resultan mucho más bonitas, estéticas y también son más ecológicas pues muchas proceden de bosques sostenibles. No hay que olvidar que el plástico es un material mucho más difícil de reciclar y contaminante.
Hay muchísima variedad en cuanto a casitas de madera para niños. Las hay más rústicas con una simple apariencia de cabaña en el bosque, con un toque rosa y muy femenino, con chimeneas y de colores tan divertidos como un verde pistacho, con cocina incorporada y una pérgola para pasar las veladas con los amiguitos, ventanas, pizarras para hartarse a pintar, literas, y, cómo no, con cantos redondeados para evitar los golpes tan frecuentes entre los niños. También es posible soñar con un tobogán gracias a que las pequeñas viviendas están instaladas sobre una plataforma. Desde luego estas casas disponen de todo y no les falta de nada.
La mayoría de modelos están concebidos para niños de hasta 14 años y sus plataformas (cuando las hay) soportan un máximo de 2.000 kilos.
Incluso podemos añadir detalles como puertas con sistema de seguridad para que los niños no se pueden cerrar desde el interior.
Obviamente esta clase de casas de madera son más caras que las de plástico. Además, hay muchos fabricantes nacionales en el mercado que ofrecen estas preciosidades para que los niños disfruten de lo lindo.
Por supuesto, una de las primeras variables que sopesamos a la hora de adquirir una casa de estas características es el precio. Así, es posible encontrar modelos más o menos económicos por 300 euros y luego otros mucho más caros que nos supondrán un desembolso de cerca de 5.000 euros. No hay que olvidar que algunas son auténticas casitas en miniatura que incluso incorporan dos pisos y una escalera interior.
Las más módicas las podemos encontrar en grandes superficies del bricolaje. Suelen ser modelos muy rústicos en madera natural de pino o abeto que luego nosotros mimos podemos pintar al gusto de nuestro pequeño.
Obviamente siempre hay quien prefiere decantarse por el ‘hágaselo usted mismo’, pues construir nuestra propia casita en el árbol (o sin él) goza de gran tradición. En este sentido, circulan por internet tutoriales y explicaciones para poder construirla sin mayor contrariedad. Eso sí, uno debe ser un poco manitas y andar servido de paciencia, pero no olvides que es fácil encontrar los materiales necesarios en cualquier tienda especializada. Desde luego proporciona mucho orgullo que nuestros hijos jueguen en una casa construida por nosotros mismos.
No obstante, en el caso de que no cuentes con la paciencia, el tiempo o la habilidad necesaria para llevarla a cabo, ya sabes que dispones de muchas empresas especializadas y grandes superficies donde hacerte con una. ¡Feliz juego!
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