¿Te gusta la decoración y hacer las cosas por ti mismo? Puede que tengas un cabecero de una cama o un sofá que quieras tapizar. Te contamos en qué consiste y cómo se utiliza la técnica del capitoné.
Si tienes un sofá o un cabecero de una cama antiguos y les quieres dar un nuevo aire para decorar tu casa, el capitoné es una buena opción. Consiste en hacer un acolchado en relieve con puntos hundidos sobre el relleno, hechos con botones que van formando rombos.
Aunque se trata de una tendencia de decoración clásica y elegante, se adapta a todo tipo de estilos. La palabra capitoné proviene del francés “Capitonner” que significa acolchar o tapizar.
En primer lugar, tendrás que tomar medidas del cabecero para poder comprar la tela a la medida y hacerte una idea del acabado final.
Los materiales y herramientas que vas a necesitar son los siguientes:
El primer paso será marcar los lugares de la tabla donde van a ir los botones y perforarlos. Luego pon la gomaespuma cortada a medida sobre la tabla y la sujetas con la grapadora de tapicero. Coloca la tela sobre la gomaespuma y forra los botones (para forrar) con la misma tela.
A continuación, llega el momento de colorar los botones en el cabecero para lo cual tendrás que enhebrar la aguja de tapizar con el hilo de bramante. Por la parte de atrás del cabecero pon los botones que tienes para ese fin y haz nudos. Por el otro lado de la tabla saca la aguja y coloca un botón tapizado sujetando la gomaespuma. Tendrás que repetir esa acción hasta que pongas todos los botones. Una vez que termines podrás grapar la tela por la parte de atrás con la grapadora de tapicero.
Esta misma técnica la podrás utilizar también para descalzadoras, sillas y sofás. Aunque es laboriosa resulta sencilla y poco a poco la harás cada vez más rápido.
Aunque generalmente se asocia el capitoné con un estilo clásico, lo cierto es que se puede adaptar a cualquier estilo, porque existen capitonés simples o más complejos, de diversos tejidos (piel, acrílicos, terciopelo, tela), y con distintos acabados (con y sin botón).
El secreto es no pasarse para evitar que el ambiente de tu casa quede recargado. Para ello es esencial elegir colores neutros en las telas que utilices para tapizar y utilizar una misma gama de tonos en la habitación: cálidos (amarillos, beige, rojos) o fríos (verdes, azules).
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