Si quieres saber cómo hacer una mesita de noche, no te despegues de estas líneas. De hecho, ahora que el hágaselo usted mismo y el reciclaje viven su momento dorado, seguro que te apetece sumarte a este movimiento con el diseño y creación de tus propias mesitas de noche. Estamos seguros de que imaginación y ganas no te faltan, ¿verdad? Además, lo más interesante es que podemos amoldarla completamente a nuestro gusto e incluso dar una segunda vida a un viejo mueble de la familia o de la casa. En este artículo vamos a darte ideas y suministrarte las pautas para que te pongas a ello.
Para empezar, deberás tener cierta visión para poder apreciar las posibilidades que te pueden proporcionar elementos tan simples como un mueble viejo, unos palets o incluso con dos viejas cajas de madera de las que suelen usarse para almacenar la fruta. Ya verás que la imaginación es la herramienta principal con la que se construyen estas mesillas de noche.
¿Has pensado todo lo que pueden dar de sí los ladrillos de hormigón? Así, puedes optar por pintarlos en colores vivos, en blanco e incluso dejarlos tal cual. Además, podrás aprovechar los huecos como pequeñas librerías. En cuanto a la superficie, puedes decantarte por una bonita tabla de madera o de mármol, aunque también sin nada encima es una bonita y elegante opción. Tú mismo.
Con frecuencia tenemos en casa unos muebles algo anticuados que con una simple restauración pueden quedar perfectos para hacer las veces de mesilla de noche: un cambio de color, papel pintado o un simple lacado. Te animamos a que les concedas una segunda oportunidad, estamos seguros de que te sorprenderán gratamente.
¿Y esa escalera de madera que apenas usas? La puedes pintar para que combine con el resto de los muebles del dormitorio y luego añadir unas tablas de madera –que puedes encargar al carpintero o conseguir en cualquier lado– y, de esta manera, obtener unas baldas para libros, el teléfono o lo que te apetezca lucir sobre la mesilla de noche.
Tal vez hayas visto en algún mercadillo un viejo taburete de cocina que te haya enamorado, pero no sepas muy bien cómo introducirlo en tu casa. ¿Has pensado que podrías emplearlo como mesilla de noche? Seguro que sí: puedes pintarlo e incluso añadirle pequeñas baldas recurriendo a unas tablas.
Seguro que todavía rondan por algún rincón las maletas del abuelo. Sí, ésas que estaban hechas con piel auténtica y que en la actualidad son una auténtica delicia contemplar. Tal vez te apetezca reciclarlas en unas coquetas mesillas de noche, ¿verdad?
Lo cierto es que casi todo lo que nos rodea, si nos detenemos a mirarlo dos veces, es susceptible de convertirse en lo que nosotros queramos. Solo es cuestión de imaginación y ganas de aportar algo diferente y muy original al rincón de nuestros sueños.
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