El riego automático es un sistema para abastecer con agua a las plantas de nuestro jardín de manera automática, por medio de diferentes sistemas como son el goteo o la aspersión.
Antes de pensar en un sistema de riego automático como tal debemos organizar sobre plano nuestro jardín. Tenemos que conocer los aspectos fundamentales como los metros de tubo que necesitamos o una serie de elementos como son los filtros o el reductor de presión.
Es muy importante, sobre todo, en zonas de España donde la sequía es un gran problema. El agua es un recurso muy preciado que no debemos malgastar. El sistema de riego automático es un método sencillo y eficiente para conservar nuestras plantas.
El ahorro de agua es importante tenerlo en cuenta en el momento del día en el que exista menos evaporación y así aportar al suelo una cantidad de agua exacta.
Conviene regar las plantas pocas veces con suficiente agua que regarlas con poca agua y muchas veces. Por tanto, el riego automático, es indispensable en todo jardín. Cuando comenzamos a adentrarnos en épocas de calor la dedicación a nuestro jardín será completa. Por eso, dedicarse diariamente a esta tarea puede resultar pesado.
Debe ser constante y uniforme. Es importante calcular la humedad de las plantas antes de regarlas de nuevo. Algunos sistemas de riego automático tienen una tecnología que identifica el factor de la humedad y se activan solo cuando es necesario.
El riego ordinario no ayuda a las plantas a continuar con un proceso óptimo de desarrollo. El agua que dedicamos a nuestro jardín no se controla tanto que si fuera a través de un sistema de riego automático. Por lo tanto, el riego sin control provoca la perdida de nutrientes.
Según la energía requerida en un jardín para la distribución del agua estos son algunos de los sistemas de riego que podemos encontrar:
El agua es distribuida a través de aspersores que producen gotas de agua de diferentes tamaños como si fuera lluvia natural.
Es una variación del sistema por aspersión anterior. Este sistema permite localizar mejor el agua y que llegue a la planta de forma localizada.
El agua es distribuida de manera más localizada que el sistema anterior. A través de goteros o tuberías llegan a la planta de una manera muy efectiva.
Permite la apertura y el cierre automático de las válvulas que distribuyen el agua.
Es imprescindible que estén limpios. El filtro ayuda a proteger a nuestro jardín de la cal u otras partículas.
El material con el que se fabrica puede ser de polietileno (PE) o PVC. La diferencia es que pueden ser de diferentes densidades. Están formados por negro de carbono que hace que el tubo este protegido de los rayos ultravioleta, fundamental para evitar su degradación.
Controla la cantidad de agua que queremos que salga. Regula los caudales y mantiene la presión en un nivel adecuado.
Lo instalaremos a lo largo del tubo. Los goteros son regulables, la mejor opción es siempre la que tiene los riegos más cortos pero frecuentes. Se mantendrá una humedad constante y homogénea.
Para poder unir la tubería y llegar a todos los puntos del jardín que requieren riego.
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