Comprar una vivienda sin el certificado energético puede tener implicaciones significativas, tanto desde el punto de vista económico como legal. El certificado energético es un documento obligatorio que indica la eficiencia energética de un inmueble y está regulado por la normativa europea y nacional.
Su objetivo es promover un uso racional de la energía y fomentar un mercado inmobiliario más sostenible. Entonces ¿Qué pasa si compro una vivienda sin certificado energético?. Sin este certificado, el comprador puede enfrentarse a sanciones y restricciones que no solo impactan el valor de la propiedad, sino también su capacidad para venderla o alquilarla en el futuro.
En este artículo, analizaremos en detalle las consecuencias económicas y legales de adquirir una vivienda sin este certificado, ayudando a los compradores a tomar decisiones informadas y a evitar contratiempos legales.
Desde junio de 2013, el Real Decreto 235/2013 exige de forma obligatoria la obtención del certificado energético para poder vender o alquilar una vivienda. Esta normativa también introdujo el procedimiento básico para realizar la certificación energética de los edificios, abarcando tanto inmuebles de nueva construcción como aquellos ya existentes.
De ahí que comprar una vivienda sin certificado energético pueda tener serias consecuencias económicas y legales. Aunque la responsabilidad principal recae sobre el vendedor, como comprador también puedes verte afectado. Por este motivo, a continuación, descubriremos cuáles son las principales consecuencias económicas y legales de comprar una casa sin este tipo de certificado.
Las principales consecuencias son:
La normativa exige que el inmueble cuente con este documento al momento de la compraventa. La ausencia del certificado puede derivar en multas impuestas por las autoridades, cuyo importe puede variar según la gravedad de la infracción y la región donde se encuentre la propiedad. Estas multas se clasifican en:
Sin el certificado, el comprador no tiene información sobre la eficiencia energética de la vivienda, lo que podría traducirse en costos elevados en las facturas de electricidad, gas o calefacción si la propiedad tiene un bajo rendimiento energético.
Al no disponer del certificado energético, la vivienda podría perder atractivo en el mercado, ya que los compradores potenciales tienden a buscar propiedades más eficientes para reducir sus costes a largo plazo.
Si el nuevo propietario desea vender o alquilar la vivienda en el futuro, deberá obtener el certificado energético, lo que implica gastos adicionales para contratar un técnico especializado y posiblemente realizar mejoras en el inmueble para alcanzar un nivel de eficiencia aceptable.
La falta de este documento puede implicar no solo multas, sino gastos inesperados que afectan a la economía del comprador a corto y largo plazo.
Las más importantes son:
Como hemos mencionado anteriormente, el certificado energético es de carácter obligatorio. Por tanto, la falta de este documento durante la compraventa supone una infracción que puede derivar en sanciones legales para las partes implicadas, especialmente para el vendedor, quien tiene la obligación de proporcionarlo.
El comprador puede solicitar que la venta sea declarada nula si considera que la falta de certificado energético implica un incumplimiento de las obligaciones legales por parte del vendedor. Esto podría argumentarse especialmente si la ausencia del documento ha afectado la transparencia de la operación o ha ocultado información relevante sobre la eficiencia energética de la vivienda, generando perjuicios económicos.
En algunas circunstancias, la falta del certificado energético podría generar trabas en el proceso de registro de la propiedad o en la validación notarial, lo que retrasaría o complicaría la formalización de la operación.
El comprador tiene derecho a solicitar una reducción en el precio de compra si la vivienda no cuenta con el certificado energético, ya que la ausencia de este documento puede implicar que el inmueble tenga una baja eficiencia energética. Esto podría traducirse en gastos elevados a largo plazo en consumo de energía, lo cual justifica un ajuste en el valor de la propiedad.
Todo comprador puede responsabilizar al vendedor por daños ocultos relacionados con la eficiencia energética de la vivienda, especialmente si la falta del certificado energético ocultó problemas como un aislamiento deficiente o sistemas de calefacción ineficientes que generan altos costes energéticos.
El certificado energético no es solo un requisito legal, sino también una herramienta valiosa para los compradores:
Las tres recomendaciones más importantes para cualquier comprador de una vivienda son:
Como hemos visto a lo largo de este artículo, a la pregunta ¿qué pasa sin compro una vivienda sin certificado energético?, la respuesta es que puede generar consecuencias significativas tanto en el ámbito económico como legal. Por ello, asegurarse de que la vivienda cuenta con el certificado energético no solo garantiza el cumplimiento de la normativa, sino que también brinda seguridad y transparencia en la inversión.
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