Cómo calentar una casa económicamente: 8 trucos para ahorrar en invierno
El verano es una estación que suele hacer mella en nuestros bolsillos, porque disfrutar de las vacaciones tiene un coste económico importante. Por eso, al regresar de nuestro merecido descanso, es normal que queremos prepararnos para ahorrar lo máximo en los meses siguientes. Especialmente con la llegada del otoño, un momento del año en el que las primeras bajadas de las temperaturas se hacen notar y debemos cambiar nuestro armario para recuperar las prendas de entretiempo e incluso de abrigo.
En este sentido, una de las mayores preocupaciones suele ser la calefacción. Según datos de la OCU, cada español paga anualmente una media de 640 euros en este concepto. Una cifra considerable que se puede llegar a reducir ostensiblemente si sabemos cómo calentar nuestra casa de forma económica. Principalmente, porque hay pequeños trucos que podemos poner en práctica fácilmente durante nuestro día a día.
¿Quieres conocerlos para reducir este año tu factura energética? ¡Sigue leyendo y te los contamos!
8 consejos sobre cómo calentar una casa económicamente
1. Subir las persianas en las horas de más luz y bajarlas por la noche
Como bien sabes, la luz solar es totalmente gratuita, así que es importante aprovecharla para subir la temperatura de nuestra vivienda. En función de su orientación, procura subir las persianas lo máximo posible en las horas en las que entren más rayos de sol, mientras que haz lo contrario cuando sea de noche y las temperaturas bajen considerablemente.
Y, a la hora de ventilar, hazlo de forma controlada para que no entre más aire frío del necesario. El mejor momento para hacerlo es a primera hora de la mañana: con unos 10 o 15 minutos bastará para renovar el aire interior, especialmente si tienes la ocasión de realizar una ventilación cruzada. Después, al terminar, cierra ventanas y echa las cortinas, salvo que puedas aprovechar el momento para calentar con la luz del sol.

2. Utilizar un sistema de calefacción eficiente y darle buen mantenimiento
Que nos preguntemos cómo calentar la casa económicamente no quiere decir que vayamos a prescindir de un buen sistema de calefacción. Este seguirá siendo importante para nosotros, porque de lo que se trata es de conseguir que sea lo más eficiente posible.
De partida, las soluciones que más calientan con un consumo más reducido son las que utilizan geotermia, seguidas de la aerotermia, del gas natural, de la biomasa y, en último lugar, de la electricidad. Aunque, en España, las más habituales son las instalaciones de calderas de gas con radiadores.
En cualquier caso, aunque no estemos dispuestos a invertir en un sistema más efectivo desde el punto de vista energético, lo que sí debemos hacer es darle el mantenimiento más adecuado para que funcione correctamente y caliente al máximo. Por ejemplo, tal y como destaca el Ministerio para la Transición Energética y el Reto Demográfico, el simple gesto de purgar anualmente los radiadores de la casa puede ayudarnos a ahorrar hasta un 5 % en calefacción.
3. Alcanzar la temperatura de confort
¿Cómo podemos saber cuál es la temperatura ideal para nuestra vivienda? No basta con fiarnos de la sensación térmica que percibimos, para que este esfuerzo pueda traducirse en un ahorro efectivo en la factura energética debemos controlar constantemente los grados a los que estamos y actuar en caso de necesitarlo.
Lo ideal es disponer de un sistema de climatización que nos permita medir la temperatura en las diferentes habitaciones y regular la calefacción de forma sencilla o incluso automática. Aunque también podemos recurrir a un termómetro sencillo o a estaciones meteorológicas con sensores ambientales: lo importante es que el mecanismo que utilicemos funcione correctamente para que podamos asegurarnos de mantener una temperatura de 21 – 23ºC durante el día y de unos grados menos a lo largo de la noche.
4. Revisar cada rincón para asegurar un buen aislamiento
Para querer calentar una casa económicamente y tener éxito, hay que saber que mantener el calor importa tanto o más que generarlo. El mayor gasto lo haremos en un primer momento para aportar la energía que nos permita subir la temperatura, pero si conseguimos que esta se mantenga estable durante muchas horas, no necesitaremos dejar encendida la calefacción.
Por eso, es imprescindible que nos aseguremos de que nuestra vivienda está correctamente aislada. Tener puertas y ventajas de calidad es un buen primer paso, pero también hay que fijarse en que no haya grietas o agujeros en las paredes, techos o los propios cajetines de las ventanas.
De hecho, si la eficiencia energética de nuestra casa no es alta, quizá podamos plantearnos mejorarla con materiales de calidad para sus techos, suelos o paredes. Aunque la inversión inicial será importante, a la larga probablemente nos compense, porque se estima que un adecuado aislamiento puede llegar a reducir el consumo total hasta un 30 %.
5. Cerrar las puertas para evitar que se pierda el calor en cada estancia
Según el principio que explica el punto anterior, también podemos tomar medidas para que el calor no se pierda en cada habitación. Especialmente en la que vayamos a estar bastante tiempo, porque nuestra presencia también contribuye a subir la temperatura: ¿sabías que, en reposo y sin comer, nuestro organismo consume a diario una cantidad de energía equivalente al calor que produce una estufa de 75 vatios?
Lógicamente, cuanto más pequeña sea la estancia, más fácil será mantenerla caliente. Así que podemos mantener las puertas cerradas en aquellos lugares en los que no vayamos a estar entrando y saliendo constantemente, lo que nos permitirá contribuir al aislamiento y, por tanto, a calentar la casa de forma económica.

6. Usar tejidos gruesos y que retengan bien el calor
En otoño e invierno puedes cubrir los suelos con alfombras gruesas de tejidos cálidos, como los naturales de lana, algodón o los sintéticos como poliamida o polipropileno. Estos ayudan a aislar bien el piso y transmitirte confort, al igual que los tapizados o revestimientos de tela en las paredes; o las cortinas frente a las ventanas.
Y, por supuesto, también es recomendable usar prendas acogedoras y elaboradas con materiales de este tipo, como las mencionadas lana y algodón, y otros como la franela, el nylon, cachemir, plumón, polar o poliéster.
7. Dormir sin la calefacción encendida
Un error común es pensar que necesitamos tener la calefacción encendida para mantener una temperatura ideal durante la noche y dormir bien. Pero nada más lejos de la realidad, porque si hemos cumplido con la mayoría de los consejos que hemos venido mencionando, lo normal es que hayamos logrado un dormitorios confortable donde el calor pueda mantenerse durante las horas que necesitamos para descansar.
Recuerda que la temperatura ideal en estos casos debe estar entre los 15 y los 19ºC y que, por supuesto, una buena manta, colcha o edredón puede ayudarnos también a retener el calor de nuestro cuerpo y a sentirnos bien mientras estamos en la cama.
8. Utilizar el calor de los electrodomésticos
Todo aparato eléctrico genera calor al funcionar. Este depende de su potencia y tamaño, por lo que, lógicamente, uno pequeño como una radio o una batidora apenas se hará notar. Sin embargo, hay algunos que sí pueden contribuir a calentar las estancias, como aquellos que se encuentran en la cocina y que precisamente están pensados para generar calor, como el horno, el microondas o las freidoras; así como los secadores y planchas. Por lo que, tras usarlos, podemos aprovechar el calor residual cerrando puertas o cocinando varios platos seguidos.
Vía Célere te ayuda a ahorrar en casa durante todo el año
Esperamos que estos 8 consejos sobre cómo calentar una casa económicamente te ayuden a ahorrar en calefacción durante los meses más fríos. Y, si buscas más como ellos para tu día a día y para otros momentos del año, como la primavera o el verano, no dudes en descargarte a continuación nuestra ‘Guía para ahorrar en casa’. Es un completo manual para que, a través de sencillas recomendaciones, puedas tomar las mejores decisiones y reducir los gastos que mensualmente te suponen las facturas de la luz, el agua o el gas.
¡Que la disfrutes!
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