Los hábitos saludables son acciones que a base de repetirlos se convierten en nuestra forma de hacer las cosas. Establecer hábitos de vida saludable desde la infancia te asegura una calidad de vida indiscutible.
Por ejemplo, una alimentación variada garantiza que obtengamos nutrientes que necesita nuestro cuerpo, por ello, no solo vale con tomar nuestro plato favorito, hay que ir poco a poco probando cosas nuevas para que el gusto se adapte.
Los hábitos saludables empiezan con una proporción diaria de hidratos de carbono, proteínas y grasas.
La alimentación de hoy día, por nuestras rutinas y nuestra forma de vivir puede tener a desequilibrarse. Por ello, es importante que la pirámide de alimentación ofrezca unas cantidades y proporciones adecuadas.
Lo primero de todo es aprender a comer guiado por el hambre y no porque sea la hora de comer. Nunca te obligues a comer ni a terminarte algo del plato por obligación, puede que la comida te siente mal y eso no ayuda a regular tus hábitos saludables.
Comer como dormir necesita su tiempo, tiene que ser tranquilo donde puedas estar al menos 20 minutos y levantarte. Evita las comidas eternas y acostúmbrate a un ritmo pausado.
Te aportan vitaminas y minerales específicos. Las verduras junto a las frutas son alimentos que más agua proporcionan al cuerpo. Si desde pequeños nos habituamos a tomarlos nos ayudarán a crecer y a desarrollar nuestro organismo.
Comer alimentos ricos en proteínas para conseguir fuerza, energía y elasticidad. Son ricos en proteínas, los huevos en todas sus variedades, las verduras de hoja verde, el salmón, las verduras, el pollo, la ternera, la patata, el atún y las legumbres.
Desde que somos pequeños comenzamos a alimentarnos de cereales. Normalmente, los cereales son aconsejables en cualquier dieta. Algunos de ellos son la cebada, el trigo, el arroz, el maíz, la espelta, el centeno, la quinoa, la avena y todos sus derivados.
Es importante que desde pequeños sepamos diferenciar entre la comida saludable y la comida rápida. Establecer una buena costumbre es fundamental para saber cuando somos mayores que es prioritario en nuestros hábitos saludables. La comida rápida o también llamada fast food es necesaria de vez en cuando ya que dicen que genera felicidad.
Hay que acostumbrar al cuerpo a los horarios, tratar de establecer nuestra dieta diaria con antelación.
Procurar hacer comidas o cenas en familia será una forma de exigirnos un momento a la semana y diseñar un menú para ese día.
El deporte es un hábito saludable y una disciplina. Es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. Una hora de actividad física moderada mejora la relación peso y estatura, sobre todo cuando somos niños. El ejercicio ayuda a un mejor rendimiento en el día a día y en el estado de ánimo.
Es importante que no se convierta en una obligación, si te gusta lo harás y será más fácil convertirlo en un hábito saludable. Hay que ser organizado y guardar la disciplina para ser conscientes que hay un tiempo exclusivo solo para eso.
Es imprescindible que los más mayores demos ejemplo para que los más pequeños se apunten y tomen referencia.
El deporte hay que saber disfrutarlo y dejar a un lado el ocio sedentario.
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