Cómo ahorrar agua en el jardín este verano: trucos y mejores prácticas
En verano, el césped de nuestro jardín requiere más cuidados que durante el resto del año. En esta estación hay varios factores que pueden dañarlo, como la exposición prolongada al sol, la presencia de plagas o de hongos, la sequedad ambiental y las altas temperaturas. Por ello, es especialmente importante regarlo abundantemente en estos meses para que se mantenga hidratado y fresco en todo momento.
Sin embargo, regarlo más no significa hacerlo sin control, porque el exceso de agua puede ser perjudicial tanto para la hierba como para nuestro bolsillo. Y es que, si ya de por sí el verano suele ser una estación donde la factura del agua tiende a dispararse, si disponemos de jardín en casa este gasto todavía puede ser mayor.
Para acertar con las cantidades adecuadas, basta con aplicar una serie de consejos. Así que te invitamos a seguir leyendo para conocerlos de primera mano y saber cómo ahorrar agua en el jardín en los meses de verano.
¿Cuál es la cantidad de agua apropiada para regar el jardín en los meses de calor?
Lo primero que hay que saber para regar correctamente un jardín es la cantidad de agua que necesita. Este dato depende del tipo de césped que tenga, de la época del año y el clima, y del tipo de suelo. Aunque, como regla general, podemos señalar que se necesitan entre 20 y 40 mm de agua por semana, lo que equivale a entre 2 y 4 litros por m2. Siempre y cuando, claro, durante esos días no llueva, porque si así fuera, habría que recalcular las cantidades en función del volumen de precipitaciones.
En verano, por el calor, estos volúmenes tendrán que incrementarse ligeramente para rondar los 40-50 mm de agua semanales, ya que el efecto de las altas temperaturas hará que una parte importante del agua se evapore antes de ser absorbida y el sol podría deshidratar el césped o incluso quemarlo. De esta forma, tener este detalle en cuenta nos ayudará a mantenerlo en buen estado de salud incluso en un entorno con condiciones hostiles para su crecimiento.

Recomendaciones sobre cómo ahorrar agua en el jardín
A la hora de regar nuestro jardín, conocer las cantidades idóneas de agua que necesita nuestro jardín no nos garantiza el éxito. porque podríamos desperdiciar una parte importante de ella en el proceso. De hecho, es posible que, aunque pensemos que estamos aportándole las cantidades óptimas, comprobemos que está más seco de lo recomendable y no entendamos la razón.
La respuesta está en la eficiencia del proceso de regado, ya que el objetivo es que el agua consiga penetrar bien hasta las raíces para que la hierba esté hidratada y pueda crecer en profundidad. Así, si lo logramos, además de aprovechar al máximo el agua, optimizaremos nuestro consumo en el hogar y daremos una alegría a nuestra cartera.
Esto nos lleva a proponerte varios ‘tips’ que responden a la pregunta de cómo ahorrar agua en el jardín de casa:
Elegir una buena hora para regar
Hay que evitar regar a las horas más calurosas del día, porque al hacerlo, el sol evaporará una parte importante del agua. Lo recomendable es contar con un sistema de riego programable que se active automáticamente durante el amanecer, porque es el momento del día que tiene las temperaturas más bajas en verano.
Además, como recomendación, se debe evitar el riego durante la noche, ya que en este horario la hierba pasará más tiempo húmeda, favoreciendo con ello que aparezcan los temidos hongos.
Tener el césped a una altura óptima
En el período estival se aconseja cortar el césped a una altura de entre 5 y 9 centímetros. Hay varias razones para ello, pues una mayor densidad incrementa el sombreado sobre la superficie del suelo, dificulta la germinación de semillas de malas hierbas y reduce la pérdida de humedad de la superficie. Así que lo bueno es que probablemente no necesites cortarlo con tanta frecuencia como en otras estaciones, como la primavera.
Regarlo más de una vez a la semana
Dado que la humedad tardará poco en desaparecer, es importante regarlo en varias ocasiones en una sola jornada. El número ideal depende de la temperatura, de la humedad y del tipo de riego, pero en los meses de más calor es recomendable regar entre 2 y 3 veces a la semana, con aspersores estándar y en sesiones de al menos media hora.
En este sentido, es preferible regar menos veces si esto nos permite hacerlo a conciencia para que el riego sea profundo. Principalmente, porque cuanto más penetre el agua en las raíces, estas crecerán más y serán más fuertes.
Alimentarlo de forma adecuada
Para evitar que se debilite por la acción del sol y el calor, podemos abonarlo justo antes de que lleguen los días con las temperaturas más altas. Para hacerlo correctamente, es importante dar con el abono adecuado (mejor si es de liberación lenta) y aplicarlo tras cortarlo y en un momento del día en el que no haga mucho calor, como por la mañana o antes del anochecer. Sin olvidar regarlo al acabar, para favorecer que se asiente en el terreno.
Utilizar la técnica del mulching
El mulching o acolchado consiste en dejar que una capa de restos de plantas y otros materiales (generalmente, troceados) se acumulen sobre el césped. Esto permite proteger las raíces de la climatología, así que en verano actúa como un parasol que ayuda a mantener el jardín húmedo y evita la evaporación del agua.
Hay máquinas cortacésped que se encargan de cortar la hierba de forma óptima para que queden en pequeñas partículas que acolchen la superficie del jardín. Así que es una técnica bastante asequible y que puede verse como una buena solución si nos preguntamos cómo ahorrar agua en el jardín durante el verano.
Prestar atención al césped
En cierta forma, nuestro jardín puede ‘contarnos’ cómo se encuentra. Basta con conocerlo y saber interpretar su apariencia, porque el color o el estado de sus hojas dice mucho sobre su salud. Normalmente, cuando está seco y necesita agua se verá verde pálido o amarillento, y presentará hojas débiles y quebradizas. Mientras que cuando tiene exceso de humedad se ve de un color verde azulado o grisáceo, puede oler a moho y dar la sensación de que se hunde al caminar sobre él.

Utilizar medidores de humedad
Es aconsejable que instales un medidor preciso en tu jardín para que te proporcione información útil sobre su nivel de humedad, su temperatura y conductividad. Aunque también puedes usar métodos manuales más sencillos, como la prueba del puño, consistente en agarrar una muestra del suelo y apretarla para ver la cantidad de agua que se desprende. También puedes usar tarros y distribuirlos por todo el jardín, para medir la cantidad de agua que cae en ellos cada vez que riegas y hacer los ajustes que vayas considerando necesarios.
Instalar un sistema de riego de alta eficiencia
Elige el mejor sistema de riego para tu jardín. Por ejemplo, el riego por goteo es especialmente útil si tienes árboles o arbustos, mientras que el riego por aspersión te será más efectivo para cubrir áreas amplias de césped y evitar usar herramientas de riego poco eficiente como la manguera.
Lleva el ahorro del jardín a todo tu hogar
Estos son nuestros 8 consejos sobre cómo ahorrar agua en el jardín durante el verano, por lo que esperamos que te resulten útiles. Y si también quieres ahorrarte unos euros aplicando más recomendaciones prácticas en otras zonas de tu casa, no dudes en descargarte nuestra ‘Guía para ahorrar en casa’, un completo manual que puedes disfrutar totalmente gratis si haces ‘clic’ aquí:

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